Una mujer murió atropellada por la moto de agua que conducían sus hijas de 16 años
La víctima tenía 47 años y estaba disfrutando de una tarde de playa en familia junto a sus gemelas adolescentes.
Un trágico accidente terminó con la vida de una madre de 47 años. La mujer estaba disfrutando de una tarde de playa en familia, cuando fue atropellada por la moto de agua en la que viajaban sus hijas adolescentes.
El lamentable episodio ocurrió el pasado domingo en la playa de la bahía de Arcachon, en la costa suroeste de Francia. Los médicos dijeron que su muerte fue ocasionada por las graves heridas que sufrió en la cabeza tras el impacto.
La familia, originaria de Angulema, se había acercado a la costa con el objetivo de pasar un día de aventura. Sin embargo, durante la tarde, decidieron alquilar unas motos de agua para vivir una experiencia acuática y todo terminó en tragedia.
Según informó la Policía local, la víctima viajaba en una de las motos junto a su pareja y sus hijas, de 16 años, estaban otro vehículo. En un momento del paseo, las adolescentes realizaron una maniobra peligrosa, perdieron el control y chocaron contra sus padres.
La familia fue asistida en la playa y de inmediato dieron aviso al servicio de emergencias para que puedan atenderlos. Al llegar, los médicos les brindaron los primeros auxilios en el lugar y luego los trasladaron a un hospital de la zona.
En el centro de salud, tanto la pareja de la víctima, como sus hijas adolescentes, recibieron tratamiento por las heridas leves y shock. Mientras que la mujer, pese a los intentos de los profesionales por salvarla, murió por los fuertes golpes en la cabeza.
El hecho conmocionó a los ciudadanos y abrió un profundo debate en la sociedad sobre el uso de motos de agua y su reglamentación. En los últimos días, varios centros turísticos de Francia prohibieron su uso después del accidente.
Cabe destacar, que para manejar una moto de agua en Francia, los conductores deben tener al menos 16 años y una licencia especial de navegación, a menos que estés supervisado por un instructor, como fue en el caso de esta familia. Sin embargo, lo ocurrido deja en evidencia que la presencia de un profesional no es suficiente para evitar este tipo de sucesos.